Átomos incorpóreos

Los ramales del conocimiento humano, se desdoblan ante mis ojos, cegados por la incorregible necesidad de buscar los imposibles, cada terreno conquistado es una brecha más de matojos que impiden mi saciedad. Habemos quienes nos engendramos así, y que el cambio es un tanto más difícil de revertir, sin embargo, doblarse no es opción, mucho menos retroceder ante los embates de la otredad. El enemigo más vigoroso soy yo mismo, no es alguien que pueda vencer en el bucólico sentido, vencer es convivir, sin opción alguna, con mis peores demonios, asumiéndolos como parte indisoluble de la vida. Las adversidades profundizan el conocimiento sobre mi mismo, todos podemos reaccionar de la mejor forma ante la felicidad, no obstante, la frustración y los malos ratos nos reconcilian con la materia de la que estamos hechos, esos átomos incorpóreos que se hacen llamar inteligencia.

Comentarios

Entradas populares