Prostituyendo a la política

En estos últimos días las listas de twitter, y en general las noticias del país más absurdo del mundo, sí éste, ¿cuál?, México claro está, hablan sobre política como si de farándula se tratara. Somos de los pocos países donde nuestros escaños se llenan con una magia que sólo puede venir de lo onírico, donde formas cada vez más absurdas y emblemáticas, de todo menos de política, se hacen de un curul, o están en vías de hacerlo. Si de por sí.

Me da la impresión, muy a menudo a decir verdades, que la política se prostituye cada vez con peores ejemplares. No quiero decir que seres de menor categoría, sino más fascinantes, por los lugares de los cuales fueron extraídos y lo absurdo que pueda presentarse ante los ojos de cualquiera. Tales mentadas parafernalias de los neopilíticos (no tengo ganas de acuñar nuevo término), donde lo importante es la capacidad de llegar a los hogares, de la forma que sea, y no la habilidad política y formación moral e intelectual. No, eso ya no cuenta, las urnas son las que dictaminan y deciden a los buenos y malos políticos y quienes tendrán en sus manos la forma de vida de millones de mexicanos; y anexos.

Insisto una vez más, los ciudadanos no somos tontos ni mucho menos, aunque nos hagamos. ¿Por qué tenemos que soportar eso? ¿por qué no empezar a buscar medidas que contrarresten esta prostitución de nuestro bienestar? ¿qué nos obliga a seguir manteniendo en la cúpula política a esos micos risibles (aka proxenetas, padrotes pues) ?, la respuesta a todas las preguntas anteriores quizá se determinen en función de las condiciones sociales y de educación, sabiendo que si se ahorca, pero se dejan tomar bocanadas de aire al pueblo no lanzará la mordida y por ello se continua con el Gran Negocio sin necesidad de vacunas (hago alusión a la mordida de hace ratito).

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